Viajo por las letras con la maleta llena de libros. Escribo novelas y relatos, pero si me siento poética la lleno de poesía o de lírica. Soy "cuentista". ¡Otros van más allá e incluso publican mis historias! Os deseo un paseo agradable por mi blog. Mis trabajos están registrados, podéis usarlos citando la procedencia y sin alterar su contenido, siempre y cuando se utilicen para actividades sin ánimo de lucro.

miércoles, 29 de julio de 2015

*Dame alas para volar

DAME ALAS PARA VOLAR

C. aminando con grilletes
A. ceras son insalvables...
P. or calles interminables
A. rduas cadenas, ¡cohetes!
Z. ¡arpazos! los que arremetes
Y. endo al frente contra el viento
A. rde el alma en un momento
R. ecobras una cordura
T. emprana y tu risa, jura
E. l canto obviar el lamento.


María Teresa Fandiño
29/07/2015
Fotografía tomada de la red



jueves, 23 de julio de 2015

La catedral mágica


La catedral mágica
Mis oídos piden atención, el viento, siempre tan fuerte, me ensordece y el dolor me impide salir de mi habitación. Con vistas, a través de una ventana mágica situada ante mi ordenador, observo impaciente. Dos días sin verle y mi corazón se muere de nostalgia como le ocurre a todos los grandes amores. El mar y yo. Cuando la marea baja al límite y el sol comienza a ocultarse, se pueden pedir deseos a los dioses. Ellos pueden oírnos en la catedral mágica que el oleaje creó.
En mi momento de silencio, deseo escuchar el sonido de la brisa del mar.
María Teresa Fandiño
21/07/2015




domingo, 19 de julio de 2015

La vida cotidiana






La vida cotidiana - Relatos
Antología. 18 Autores
Frank Spóiler, Ana María Lorenzo, María Teresa Fandiño, Julia Zapata, Mario Luis Vigueras,Esther Hernández, Jorgina Sarrió, Amalia Núñez, Gabriel Neila, Pablo Carrasco, Amely Duvauchelle, Antonio Florido, Joaquim Riera, Ángeles Jaime, Javier L. García, Olga Hernández,Texy Cruz, Mariana Villegas.

Editorial Libros Mablaz
ISBN: 978-84-943743-8-8
Páginas: 186
Disponible en la Web.  Datos sobre el libro, puntos de venta: Blog Editorial Libros Mablaz 




La reina de corazones

Siento una enorme satisfacción al poder compartir mi relato, "La reina de corazones", en esta preciosa antología dedicada a Ángeles Palazón, y  que se publicará en Navidad.

Muchas gracias por vuestro esfuerzo, Francisco Javier Illán Vivas  y Toñy Riquelme.

http://acantiladosdepapel.blogspot.com.es/2015/06/relatos-seleccionados-para-aparecer.html?spref=fb



Se rueda...Augusto, ¡primera toma!


Se rueda...Augusto, ¡primera toma!
Texto de María Teresa Fandiño
Locución de Juan Izquierdo
Música: Gloria, de Vivaldi
Imagen de google
12/06/2015
Derechos reservados

Poemas de amor
III Antología poética, de libros Mablaz 
Compendio de poesías que fluyen de la pluma de varios poetas, en total 29, con la intención de dar a conocer estos bellos versos que conforman un ejemplar especial, una joya poética en la que participo aportando tres poemas.





http://editoriallibrosmablaz.blogspot.com/2015/02/con-el-mes-de-febrero-llega-nuestras.html

miércoles, 15 de julio de 2015

Muero por verte


Muero por verte , de María Teresa Fandiño
Me enamoré de ti a primera vista, de tu mirada penetrante como la luz de tu sol; de tu boca, cantos de ángeles celestiales, como las campanas de tus tres mil Iglesias al unísono. De tu olor, hueles al perfume de tus flores en las grandes plazas. Me enamoré de tu cuerpo esculpido, en figuras de grandes romanos provocadores de pasiones. De tus grandes y anchos hombros, cuando me meces en mi cuna y en mi historia.
A las orillas del Tiber, recostada al sol, me deleito con el intercambio de tus fluídos. Cuando tu río besa tu mar deseo ser gaviota y volar a la par que corren las aguas del río al pasar.
Mas revivo en tu fiesta mi muerte, como cristiana despedazada por leones. Allí, en el centro del circo me parece ver el dedo de Calígula girar hacia abajo, “muerte a los cristianos”
Cierro los ojos y allí estoy, muero por verte, ¡Roma, mi gran amor!
María Teresa Fandiño
15/05/2015
Derechos reservados




*María quiere morir en la cama

María quiere morir en la cama

Ella perdió a los suyos en la guerra
entre familias, esos primos vanos
antes habían ido de las manos.
Fue aquella guerra sórdida y muy perra.

Ella, María, no teme a la tierra
ni regresar allá con pelos canos.
Muchos almuerzos salen de sus manos.
Teme a vivir la vida que la encierra

y a quien deber curar y alimentar
¡Dios les dará!, cansada de rezar
llega María, quema buena leña.

Esta maldita crisis no se acaba
¿Cien años he de ver?, se preguntaba,
¡He de morir gastada como peña!

María Teresa Fandiño
08/06/2015
Fotografía de la red


Y de nuevo me cegó la luna

Y de nuevo me cegó la luna

Brillaban mil estrellas en el cielo
te llamaban mis lágrimas a gritos
Palabras dulces, besos suaves, tiernos
recuerdos de susurros al oído

Brillaba luna llena sobre un sueño
que sedujo, mas otra vez el río
triste por la nostalgia de tus besos
testigo de un amor tan enfermizo

se iluminó de fuego, y aquel eco
repetía promesas sin sentido
Dejé en aquel lugar tristes lamentos

Lejos de ti sentí como un vacío
nuestra vida cambió, en ese momento
mi amor, por ti hubiera enloquecido

© María Teresa Fandiño
04/04/2015
Derechos reservados
Fotografía de la red


Un hechizo de esperanza

Un hechizo de esperanza

Una virginidad bien instruída
un destino final, esposa fiel,
la dama, buenamente tan fingida
como un peine de plata, suave piel

Rencores y traiciones sin medida
Amables suaves besos como hiel
y en un sólo retazo de su vida
una locura, sin sentido, infiel

Y con tal desatino en ambrosía
cruel, despliega su bonito y rizo
pelo de mandarina, poesía,

un tesoro, alas, un color rojizo
en absorbancia, suerte en armonía
algún trébol de cuatro, y un hechizo

María Teresa Fandiño ©
30/03/2015
Derechos reservados
Fotografía de la red




Nubes en Florencia

Nubes en Florencia

Fingiendo amarme, tú, un alma perdida
Silente te acercaste a mí en Florencia
¡Amor! ven, me dijiste, y atraída
en mí nació la cálida indulgencia

De pronto dura, cruel, necia incongruencia
sentí que me arrancabas dolorida
el alma,¡traicionero sin clemencia!
Con tal frialdad recién acaecida

lograste mi locura en tul envuelta
Cual fina lluvia lloré, te llevaste
el aire, quiero ser paloma suelta

poder sentir el sol que me robaste
Verás un nubarrón negro en el delta
del río, como tal, agonizaste.

 María Teresa Fandiño ©
15/07/2015
Derechos reservados
Fotografía de la red






viernes, 10 de julio de 2015

Cuéntame una historia

Sueños de una mujer del norte, de María Teresa Fandiño

Su casa estaba situada ante la playa, cuando la marea subía el mar entraba en su portal. Desde sus ventanas, ajadas por el viento y el salitre, se podía ver la tormenta marina y el mar rugía. Cuando la noche ennegrecía, la luna y las estrellas con negra sombra le temían.
Ella nunca se acercaba a los cristales de las ventanas que, entre maderas, habían perdido su juventud, la madera húmeda y roída por el salitre no les protegía. Elena observaba la negrura de las noches, un mar incontrolable que huía y regresaba cada día y cada noche. Sus olas parecían crecer metros y sus mareas, amenazantes, sonaban trágicas. Sin embargo Elena imaginaba hermosos paisajes ocultos a la vista humana, una tierra poseída llena de bosques y volcanes subyugados, encarcelados por las aguas que dominan sin piedad.
Desde una confortable cama, en un colchón de lana y almohada de plumas, Elena aguardaba cada día el amanecer. Al alba, salía de su casa a la hora que el mar se lo permitía, como residente en una cárcel natural, mas cuando la marea tocaba baja, un placer le reconfortaba. Sus pies tocaban la arena de la mañana, las gaviotas revoloteaban, el cielo azul intenso a veces, otras de color gris, y aquel paisaje de rocas, le hacían olvidar las noches sin estrellas.
Y se marchó, y en una casa con ascensor recordaba aquellas rocas erosionadas por el mar. Castillos de puertas abiertas, acueductos, arcos, leones y elefantes, todo un mundo de fantasía compañero de vida. Allá, en su pequeño apartamento, en su casa con ascensor, parece ser feliz. Mas cuando le preguntan qué es lo que más echa de menos de su tierra siempre contesta: la mar.
María Teresa Fandiño
Derechos reservados
10/07/2015





domingo, 5 de julio de 2015

Como gaviota loca

Como gaviota loca

Vienes a mí con tu dulce vaivén
rozas mi piel con tus olas, tu espuma
en mi alma brilla gris plata y rezuma
suave tacto, caricia cual satén

Cuando huyes y la luna dice ven
ocultas tu color, cubres, con suma
precaución, piedras y rocas con bruma
alguna barcaza y algún rehén

Barco con capitán previó la muerte
sus velas lloran de pena, sofoca
su llanto desde que arribó inerte

A veces eres cual gaviota loca
alegría en la popa, en proa suerte
Siempre de libertad llenas tu boca


 María Teresa Fandiño ©
04/07/2015
Derechos reservados
Fotografía de la red