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Una noche de verano y una constelación.
Me miraste con brillos en tus ojos
¡con destellos! y vi como fluías
surcando el cielo, ¡qué feliz reías!
En esta noche vi magia en tus rojos
y azulados espasmos, tus sonrojos
majestuosos y ¡cómo revivías!
Rodeada de amigas exhibías
vanidosa tu espejo, tus antojos.
¡Mi loca luminosa! con tu trono
de reina luces más que osa mayor
a la que eclipsas, mía te corono.
Eres reina, en la noche eres icono
de belleza, en el norte eres fulgor.
Por ti en las noches claras, me emociono.
Linda estrella, en tu trono
al compás de la magia eres el hada.
¡Casiopea!, mi dulce enamorada.
María Teresa Fandiño.
La Coruña, España.
Imagen obtenida de la red.
En la mitología griega, Andrómeda era la hija de Casiopea y
Cefeo, el rey de Etiopía. Su madre estaba tan orgullosa de su belleza y de la
de su hija que declaró que eran más hermosas que las Nereidas, lo cual
enfureció a estas hijas del mar y se quejaron con el dios Poseidón. Éste
amenazó con enviar una inundación y un monstruo marino llamado Cetus para
destruir el reino por semejante ofensa.
Ante el temor de ver su pueblo destruido, los reyes
consultaron al Oráculo de Amón, que les explicó que la única forma de salvar a
su pueblo y calmar la ira de Poseidón era entregar en sacrificio a su hermosa
hija Andrómeda al monstruo. Los reyes no tuvieron más opción que encadenar a
Andrómeda a unas rocas para que Cetus acabara con su vida, pero prometieron que
si alguien la salvaba, le darían su mano en matrimonio.
Desesperada y clamando piedad, los gritos de Andrómeda
llegaron a los oídos de un jinete que sobrevolaba los cielos sobre su caballo
alado. Este jinete era Perseo, que acababa de derrotar a Medusa cortándole la
cabeza y montaba a su Pegaso. Al ver a la joven abatida y al monstruo marino
acercándose a ella, voló velozmente hacia éste y le acercó la cabeza de Medusa
para que se convirtiera en piedra, hundiéndose luego en el mar.
En cuanto desencadenó a Andrómeda, ambos se miraron a los
ojos y se enamoraron. Sus padres, que habían prometido que su salvador podría
casarse con ella, no cumplieron su palabra y Casiopea quiso acabar con la vida
de Perseo, pero éste se defendió convirtiéndolos en piedra. Zeus colocó las
imágenes de Cefeo y Casiopea en el cielo, y Poseidon castigó a la reina por su
traición y por su arrogancia, colocándola sentada en su trono de tal forma que
en algunas estaciones del año quedara boca abajo.
Perseo regresó a su isla para casarse con Andrómeda.
Luego, la diosa Atenea colocó sus imágenes juntas en el
cielo, cerca de Casiopea y Cefeo, y del caballo alado Pegaso y del monstruo
marino Cetus. Así nacieron sus respectivas constelaciones.
De: http://sobregrecia.com/2009/02/06/la-leyenda-de-andromeda/
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